En la historia del fútbol paraguayo, hay nombres que resplandecen con una luz propia, dejando una huella imborrable. Osvaldo Dominguez Dibb, El Tigre", fue mucho más que un dirigente para el Club Olimpia; fue el arquitecto de sueños, el líder incansable que guió al equipo hacia la grandeza y la gloria.
Hablar de Osvaldo Dominguez Dibb es sumergirse en la esencia misma del Club Olimpia, es tejer con palabras la historia viva de un hombre que no solo lideró, sino que encarnó la pasión y el orgullo de ser parte de la familia olimpista.
"El Tigre", no fue solo el eterno presidente del Olimpia; fue la personificación de una filosofía de juego, de un espíritu indomable que se tradujo en títulos, en gestas memorables y en la construcción de una leyenda imborrable. Osvaldo no solo lideró al Olimpia, él era el Olimpia.
Osvaldo no solo guió al equipo hacia la grandeza, sino que enseñó a toda una nación olimpista a no rendirse nunca, a pelear hasta el final y a ser distintos a todos.
Hoy, el gran Osvaldo comienza a dar su viaje a la eternidad, dejando un gran legado en el Paraguay, un testimonio de dedicacion y amor incondicional por los colores del Olimpia.
No solo dejó trofeos y laureles en las vitrinas del Olimpia, sino también lecciones de valentía, perseverancia y amor por la camiseta. Su espíritu indomable era el motor que impulsaba a los jugadores y a esa gran hinchada a lograr lo imposible.
El espíritu de Osvaldo Dominguez Dibb quedará sellado en la memoria de cada olimpista, y su historia será contada a las futuras generaciones como un ejemplo de pasión, liderazgo y amor por el deporte.
…Y por Osvaldo Dominguez se levantan las banderas con tres hurras en su honor…