Ante Ciudad Nueva, el Polideportivo Osvaldo Domínguez Dibb vivió sus últimos simples, dobles y triples. El predio, que puede decirse es el más Glorioso del Paraguay, fruto de sus hazañas, copas levantadas e historia quedará en el recuerdo de los hinchas que pudieron festejar un último triunfo de los Reyes del básquetbol.
Jugadores, dirigentes e hinchada formaron parte de la historia de la casa del Rey, el lugar donde nació todo, la hogar del equipo más laureado del básquetbol paraguayo.
Con los años, el predio fue ganando fama por sus eventos multitudinarios y el sentimiento deportivo que había en cada actividad realizada.
El ODD no solo supo ser testigo de partidos de Baloncesto, si no que a lo largo de su historia, también vivió grandes noches de boxeo, shows y conciertos. En la década de los 80 y 90, época dorada del deporte paraguayo, el Polideportivo vivió uno de sus mejores años, gracias al Olimpia, gran animador del campeonato de básquetbol por aquellos años y los shows animados para todo el público, entre ellos los de lucha libre y los juegos de las estrellas del basket nacional.
Difícilmente se logre superar (o igualar siquiera) lo logrado por este histórico estadio: para el país significó el predio donde se transpiraba deporte, sea la disciplina que sea. Con grandes gestas deportivas a nivel nacional. Asimismo, el nombre “Polideportivo” era bien utilizado (lugar donde se realizaban varios deportes), algo extraño en estos días en donde a cualquier predio y, sin necesidad, se lo denomina así.
Olimpia se despidió del testigo de grandes hazañas, el que vio levantar incontables trofeos y vio crecer a los mejores jugadores, el que reunió a familiares y amigos. El histórico Osvaldo Domínguez Dibb dice adiós y se va por la puerta Grande, así como se merece un lugar tan histórico y querido para todo el pueblo Franjeado, debido a su historia y a la Institución a la cual perteneció.