Olimpia arrancó imponiendo su ritmo desde el primer minuto, ejerciendo una presión alta que mantenía a Guaraní atrapado en su propia área. Bajo la dirección técnica de Martín Palermo, el equipo Franjeado recuperaba balones rápidamente, creando múltiples oportunidades para amenazar el arco rival. Desde el inicio, Olimpia dejó claro que dominaba la posesión y generaba varias ocasiones claras de gol.
Lucas Pratto, tras una brillante asistencia de Derlis González, abrió el marcador con un gol que desató la alegría en Ciudad del Este. La conexión entre Pratto y Derlis fue crucial, generando jugadas peligrosas y manteniendo al portero rival bajo constante presión. Olimpia demostró ser el equipo dominante en el campo, superando a Guaraní en todos los aspectos del juego.
Sin embargo, lo que prometía ser un debut brillante para el Decano se vio empañado por decisiones arbitrales que cambiaron el rumbo del encuentro, dejando a Olimpia enormemente perjudicado. En el minuto 88, se cobró un penal dudoso por una mano que, a todas luces, no parecía infracción. Desde el momento en que se cobró el penal, solo se jugaron 44 segundos con la pelota en movimiento, lo que denota una gestión del tiempo claramente desfavorable para el equipo franjeado.
Para colmo, el árbitro añadió 4 minutos al tiempo reglamentario y luego 2 minutos más, pero el partido terminó antes de que se jugara el tiempo adicional completo, exactamente 1 minuto 40 segundos antes de lo agregado. Blas Romero, un árbitro conocido por decisiones controvertidas, volvió a demostrar su parcialidad al influir directamente en el resultado del partido.
No es la primera vez que Blas Romero toma decisiones que levantan dudas y polémica. En un incidente sin precedentes, la Junta Municipal de Luque declaró a Romero persona no grata por su actuación en un encuentro entre Sportivo Luqueño y Libertad, donde validó un gol claramente ilegal. En otro partido entre Sol de América y General Caballero, cobró un penal dudoso en tiempo añadido, generando más dudas sobre su imparcialidad.
El VAR, lejos de brindar claridad, dejó más interrogantes. La selección de tomas a conveniencia y la pésima calidad de imagen perjudicaron directamente a Olimpia. Un árbitro no debería tomar decisiones basándose en imágenes pixeladas y movidas. La actuación del VAR en este partido fue lamentable y vergonzosa.
Toca dar vuelta la página y ya pensar en el próximo encuentro que depara al Decano, el proximo domingo ante General Caballero en Juan León Mallorquín.